Matando a Demetri?? [Demetri]

Me llevé al vampiro a las montañas. Lo sostuve de su muñeca hasta que estuvimos a solas. No parecía querer vivir y mucho menos pelear por su vida.

- Cómo quieres que te mate?

- Como te parezca mejor -dije con monotonía. - So hazlo de una vez -le pedí sonriendo con amargura.

Levanté su cara para verlo a los ojos. No pensaba defenderse, qué clase de lo que sea que fuese era.

Lo solté.

- ¿Qué haré contigo?- dije para mi misma.- No quieres vivir y a mi no me gustan las cosas fáciles. - Lo miré entrecerrando los ojos- Quieres morir, entonces serás algo así como mi mascota, no creo que dures mucho.

No lo iba a matar cuando no ofrecía resistencia. Además necesitaba a alguien con quien practicar sin que se quejara por querer matarlo.

- No fu criado para ser la mascota de nadie -comencé con amargura. - Pero si esta experiencia tiene como resultado mi ansiada muerte, con gusto acepto -

Sonreí.

- Claro que tendrás una muerte segura- le contesté- De qué otra manera podría ser, no pienso que pueda ser de otra manera, para qué te querría, sólo mírate, haz perdido el valor, la fuerza y hasta tu honor.

Levanté su cara con uno de mis dedos.

- Un trato es un trato- le dije acercando mis labios a los suyos y le di un beso. Me separé al instante, no quería que pensara otra cosa.

- No te emociones, es para sellar el trato, así si intentas traicionarme lo sabre.

Le dirigí una mirada de repulsión cuando al fin despegó sus labios de los míos. - Lo he perdido todo lo sé, no hace falta que me lo recuerdes -respondí con suficiencia. - Y quedate tranquila que ese insignificante contacto tuyo esta bien lejos de ilusionarme -

- Por lo menos estamos de acuerdo en algo, ambos sentimos repulsión el uno por el otro. Levántate, quiero entrenar de una vez, imagino que quieres terminar con tu vida cuanto antes así que.... Tienes un nombre o quieres que te de uno?

- Mi nombre es Demetri, Demetri Romanov -le dije con un dejo de orgullo. - Y apreciaría que me llamaras por mi nombre -le pedí.

- Está bien, soy Olivia Kraft. pero puedes llamarme por mi nombre pero no te tomes tantas libertades- Había una contradicción en sus actos, se mostraba orgulloso al decir su nombre, era extraño.- Vamos de paseo, recuerda que eres mi mascota y nada de tratar de matarme cuando duerma.

- No tiene de que preocuparse, tener su sangre en mi organismo es lo último que deseo en estos momentos -dije en tono tajante. - Indícame a donde quieres ir y yo te seguiré -

- Vamos, quiero comenzar a entrenar cuanto antes, pero antes tengo que ir a hacer algo- Deía ver cómo estaba mi hermanita, Riley.

Comencé a caminar por una de las veredas.

No había sido un día tan malo, al menos había conseguido una mascota que no se quejaría si intentaba matarla.

La seguí a regañadientes. Tenía unas ganas increíbles de romperle el pescuezo y huir, pero más me interesaba el hecho de que finalmente, luego de tanto esperar, esta humana me asesinaría.

-¿Su hermana está muy lejos de aquí?-le pregunté, no me alimentaba hacía tiempo y no tenía fuerzas suficientes como para caminar un largo trecho.

- No tienes buena pinta, deberías beber algo de sangre y es necesario que vivas, sino se termina mi diversión- maldición, esperaba que se conformara con algún animal.- ¿De qué te alimentas?

- Cualquier animal será más que suficiente, no estoy como para ponerme exquisito -murmuré con debilidad.

- Vamos entonces, no quiero tener que llevarte a rastras hasta mi hogar, busquemos algo que te alimente mientras me divierto un rato- Comencé a caminar hacia la zona alta de las montañas. Ahí debería haber algunos cuantos osos que lo alimentarían un rato.

Nos dirigíamos hacia la montaña, seguramente en busca de osos. Recientemente había acabado su época de hibernamiento por lo que estarían algo somnolientos y sería fácil.

A medida que avanzábamos, mi sed aumentaba y yo me tornaba cada vez más frenético. Finalmente se cruzó ante nosotros un gran ejemplar y no pude evitar abalanzarme sobre este. Hinqué mis dientes en su yugular y bebí con rapidez tanta sangre como podía. El sabor no era muy bueno pero significaba un gran alivio.

Una vez satisfecho, sequé las comisuras de mis labios, eliminando los rastros de sangre.
- Gracias Olivia -le dije sonriendo con gratitud.

Observé a Demetri cazar, no era parte del plan pero admitía que era veloz. Eso estaba bien, esperaba que tuviera más talenton ocultos.

- De nada, si no alimento a mi mascota quién lo hará- dije con sarcasmo. Me había tomado por sorpresa su agradecimiento.

- Cuando desees alimentarte puedes hacerlo, sólo avísame para saber donde te metes ah.. y una cosa, no menciones lo de ser mi mascota, mi familia no lo vería bien, creeen que soy algo... extraña. Diré que eres mi invitado, pero no te tomes tantas libertades.

Reí un poco ante su pedido. - ¿Y acaso no se horrorizarán al ver que tu invitado es un vampiro? -le pregunté incrédulo.

- No lo creo, nadie se opondrá a lo que digo, al menos eso espero, de cualquier manera tienen que adaptarse a la situación, eso sí, no muerdas a nadie, no sé.... si me mordieras sería alguien como tu?

Eso me daba curiosidad.

La miré sorprendido, nunca nadie me había preguntado eso.

- Debo morderte y dejar que lo que sea que nos transforma, fluya por tu sangre -le expliqué. - Igual no concibo razón para desear mi estilo de vida -

Aja... eso me daba muchas ideas.

- Cúentame, cuál es tu estilo de vida?- le pregunté más curiosa. Me senté en una piedra, quería conocerlo, aunque fuera a matarlo pronto.

Me senté sobre la gramilla.- Es bastante aburrido y la verdad es que lo detestó. Trato de evitar cazar humanos tanto cuanto puedo, pero llega un momento en el que me es imposible no alimentarme y los animales ya no pueden calmar la sed, y tengo que asesinar a alguien. Después de hacerlo siempre me siento una miseria y me odio a mi mismo más de lo usual. Por eso estoy deseoso de morir, quiero dejar de lastimar a la gente y dejar de odiarme -le dije con un dejo de amargura.

- Así que esa es la razón- dije pensativa- no imaginaba que te sintieras así, debe ser extraño vivir de esa manera, pero no creo que sea para tanto. Uno elige su estilo de vida, es la forma en la que pienso. Humm entonces que tal si te propongo un trato, no me gusta tomar ventaja, te ayudo a conseguir sangre humana sin matar a nadie y tu me eres leal en todo lo que te ordene, qué dices, te interesa la oferta? No soy tan despiadada como parece.

-Me sorprendes Olivia, no te creía capaz de sentir compasión por alguien como yo. Y claro que acepto el trato -respondí sonriendo, alegre como no hacía tiempo.

Estiré mi mano para sellar el trato. Conseguir sangre sería algo complicado, no era tan mala, pero era mi cubierta, eso o me destrozaban.
- Vale, no vuelvas a decir eso, es malo para mi reputación- sonreí algo contrariada.